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Thursday, July 29, 2021

SOS CUBA. REVISTA ARJÉ N7

 

 SOS CUBA. Revista Arjé N7.

 


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La historia de la nueva nación se está escribiendo con sangre en plena calle, azoteas, parques, casas, ciudades, barrios y pueblos de toda Cuba como nunca antes, en el polvo, los pechos, las cabezas y todo el cuerpo. Han salido los más indignados, han salido los moribundos y los enfermos también, no han salido todos, pero si todos salieran, si los millones de cubanos de la isla salieran a la calle, todos serían ametrallados y encarcelados igual, porque el régimen genocida que impera es el mal, el mal con mayúsculas, esto es el mal desatado, es la cara de la injusticia en todas sus dimensiones, el terror que encuentra grietas de todo tipo para hacerse imponer, el mal que se nutre del oportunista, el injusto, el indolente y el canalla. Estos hermanos que caen, que desfallecen, que riegan el suelo con la escasa sangre que les corre y son heridos o mueren por garrote y manopla y disparo, esos a los que, por miedo, el tirano saca los dientes, estrangula y deja ciegos con dagas y dedos y gases lacrimógenos, hijos valerosos que han colocado delante de sus vidas la libertad, hermanos víctimas de hambruna, en total ausencia de esperanza, ellos, con su grito y su dolor conquistan la pureza de una sociedad más justa, son individuos al rescate de sí mismos, son la patria. Si pensamos que era el cubano un pueblo alienado, si creímos que era el cubano un pueblo irremediablemente cansado, si afirmábamos que era el cubano un pueblo con alma de esclavo, afortunadamente, nos equivocamos. 

Los acontecimientos ocurridos a partir de la jornada del 11 de julio de este año 2021 encienden la chispa de una nación que conquista,  juntos todos, el cese del dominio de la dictadura que oprime nuestro suelo desde hace más de seis décadas, y la rebelión ha sorprendido a los verdugos, y los verdugos han sacado sus huestes rabiosas. El dictador Miguel Díaz_Canel hereda la despiadada fórmula del régimen instaurado por los Castros en 1959,  ha lanzado a la calle, por voluntad propia y obedeciendo órdenes, a sus matarifes, y en apenas dos, tres, seis y más días han golpeado y herido a cientos de hermanas y hermanos, han desaparecido y mandado a matar a nuestros valerosos hombres. Con el sadismo de diligente torturador el verdugo ha dicho “La orden está dada” y  “Han tenido la respuesta que se merecen”, lapidando con esto frases que lo juzgarán para siempre; hay que tener grandes atributos de matón para semejante crueldad, para declarar con absoluta ausencia de escrúpulos de conciencia la ejecución de una guerra civil, por demás, desigual. Sucede que temen al grito del pueblo porque el grito de libertad es el aviso de irreverencia, del fin de casi un siglo de impunidad y sometimiento, el fin de sus arbitrariedades y enriquecimiento particular que sólo les ha hecho merecer un calificativo: miserables. Sucede que cada cubano que despierte, cada mujer y hombre libre que abra los ojos, enseñará a sus hijos y a los hijos de sus hijos a conservar el carácter, porque hay un tiempo para la contemplación y el goce, pero hay un tiempo para templar el carácter. Sucede que por cada disparo demostrarán lo que realmente son: asesinos cobardes, y nacerá un juramento, los derechos serán cumplidos y multiplicados, la patria será restañada.

A los compatriotas que vivimos en el exilio nos enorgullece la indescriptible valentía de nuestros hermanos en suelo cubano, una valentía digna de los mejores y más grandes héroes de la historia. Son valientes y libres de alma, y tal vez no lo sabían o lo habían olvidado. Aquellos que han aprovechado el espíritu alegre del cubano han infiltrado y manipulado la sencillez y la nobleza de varias generaciones para apagar el carácter y el sentimiento de respeto; un pueblo con carácter que se da a respetar, pone de rodillas a aquel que no es más que un servidor público, no un amo, y es eso y nada más lo que significa ser un funcionario trabajador de gobierno.

A los compatriotas del exilio decimos que no nos llamemos al engaño. Los servidores públicos de nuestros países de adopción, los políticos que persuaden nuestro voto con falsas promesas son _una buena parte de ellos, no es nuestra intención generalizar_, clásicos sofistas, y cuando sus intereses privados estén en peligro, nos negarán tres veces antes de que cante el gallo. No esperen nada de un sofista, no lo hagan. El servidor público tiene que ir detrás de ti, de tu decisión de justicia y equidad, jamás delante, jamás encima, ellos son simple burocracia, simple representación, sofisticada distracción.

Hoy Cuba, los cubanos dignos, los cubanos libres, están a la altura de los pueblos indomables de la historia. La voz de nuestros hermanos, padres, hijos, madres y ancianos octogenarios que apenas, sin poder sostener sus huesos, salen a protestar con andadores para reclamar sus derechos constitucionales y humanos, pueblo todo, ese que está tiñendo las calles, las aceras, los carretones de caballo, el piso de los hogares, los pechos de las madres, amigos y conciudadanos, esa voz toda dice basta; este pueblo indignado y admirable que resuelve con las manos vacías, semi desnudos muchos y logísticamente primitivos, como una vez nos enseñaron los mambises a pelear, se enfrenta a un ejército apertrechado que cuenta con la complicidad de la fuerza brutal y furibunda del armamento letal, diciendo que sobran las palabras, no más asesinatos, no más presos políticos ni falso diálogo, no más suicidios ni huelgas de hambre, no más ausencia de libertad y derechos, no me esclavizarán, se van porque se van.

La patria, como la democracia, no es algo abstracto, no es una fe ciega ni un uniforme ni un lema, ni archivos de papeles, imágenes o estandartes, la patria se construye y resguarda desde el individuo y el grupo para el bien de todos, sobre lo justo y el sentido común, no es una píldora que se toma ni una vacuna que se inyecta, no es una charla retórica en un pódium y luego de tal acción nos vamos a dormir; la patria se protege y ennoblece y cultiva diariamente, o fallece. Hemos sido testigos de un sin número de injusticias  imperdonables, hemos vivido atrapados en una estructura que castiga, despoja y requisa y apresa a cualquiera que expresa una idea diferente a la aceptada por el régimen, incluida gente que simplemente vende cuatro aguacates y tres ajos en la calle. Cuando diez comisarios golpean a un hombre libre que resiste desarmado en una azotea, están apaleando la patria, es que ese hombre es la patria. Cuando un comisario dispara a una mujer libre desarmada, está baleando la patria, pues esa mujer libre es la patria. Es patria el caballo que tira de una carreta rumbo al hospital del pueblo con el libertario sangrando, es patria el niño que arrestan, el niño que muere desatendido, ese niño que no tiene aún muy claro lo que es ser un individuo libre, pero sí entiende lo que es un tirano asesino, ese niño muerto es la patria.

Negando lo evidente, hemos meditado buscando alguna razón que impida abogar por soluciones radicales, pero independientemente del drama vivido en primera persona, ha sido suficiente lo escuchado y visto. He investigado y escuchado suficientes historias de tragedias familiares, he visto demasiados huecos en los brazos, en la cabeza, en el vientre, en el pulmón, sí, en el pulmón ¡por la espalda!, he visto mucho disparo en las sienes, mucho fusilamiento y desapariciones. Yo he visto. Son todos golpes letales en el alma de las familias, de los individuos y su derecho a ser libres, a vivir en democracia. He  conocido, como todo el que quiere conocer, acerca de decenas, tal vez cientos y tal vez ya miles de cubanos perdidos, muertos, desaparecidos, unos en el mar, otros en la selva, otros en calabozos y rincones de todo tipo, gente que huye del apocalipsis, porque Cuba es el apocalipsis. Después toca hacerse preguntas, se ponen en orden causas y efectos, se quiere ser objetivo. Después nos encontramos con la aplastante verdad de que el mal nos secuestra en estructuras aún mayores.

Suponiendo que nos soportan leyes universales de civilización, miramos a los esquemas cuyo relato y retórica nos aseguran que son custodios, guardianes de lo justo y del orden de la humanidad, organismos político sociales e instituciones supuestamente humanistas que van de la mano de la diosa ley; en esta coyuntura concreta, a raíz de los acontecimientos actuales y con pruebas de casi un siglo de atropello y complicidad, hemos firmado una petición al gobierno de Estados Unidos de América y otras partes en virtud de urgente intervención, en demanda de  apoyo logístico, auxilio y defensa del pueblo cubano, sin embargo, se obtiene por respuesta un gran no, un no histórico, otro más, no hay apoyo concreto al pueblo de Cuba; sí existe, no obstante, la venta reciente de armamento del gobierno de España al régimen por el valor de más de un millón de euros, hecho que, como ciudadana española me urge condenar; no existe apoyo concreto al pueblo de Cuba porque hay un brazo ejecutor legislativo que adquiere varios nombres, llámese Casa Blanca, Unión Europea, OEA, Vaticano, cámaras o senados, llámese Organización de las Naciones Unidas, llámese Bachelet _usted nombre_, que así lo consideran y ofrecen un puñado de excusas y balbuceo. No son secuaces, no son malditos ni cómplices, no seré yo quien los califique, son, al parecer, los custodios de la justicia y la ley mundial ¿Qué es la ONU? ¿Es que acaso es la ONU Dios? un organismo compuesto por individuos que determinan quién vive y quién muere, un conjunto de naciones de las cuales hemos conocido que muchas son aliadas o cómplices deudoras del régimen castrista y dan su voto a favor o en contra según sus intereses ¿Y justamente es a la ONU, nada más y nada menos, a quien hay que pedirle con respeto, con mucho respeto y protocolo, que descienda de su olimpo para determinar si, finalmente, un pueblo masacrado y exterminado voraz o lentamente, el pueblo del apocalipsis, merece apoyo ético y logístico, apoyo unánime para arrancar a unos monstruos que se extienden por América Latina y por el resto del mundo?

Filosóficamente hablando, puede ser que el absoluto esté por encima del bien y del mal, tal vez sea esto lo más probable, pero en el caso que nos ocupa a los seres humanos, el bien y el mal nos ponen a prueba, el bien nos pone a prueba y el mal nos pone a prueba; a los hombres y mujeres de bien el bien nos convoca, el orden nos convoca y tenemos que decidir. Cuando el zoólogo, el antropólogo o el botánico tienen que apartar su libreta de notas donde registran la maravilla y el asombro por la composición de una célula o la forma de una rama, cuando el matemático o el científico tienen que apartarse de la proporción y el cálculo con los que comprueban sutiles verdades, cuando un abogado o un médico experimentan el fin de las posibilidades que sus juramentos contenían, cuando  un creador o un místico, sea quien sea, un sacerdote, un artista o un poeta o un escritor, tienen que abandonar su búsqueda del ser, su veneración por lo dramático y lo trágico, la fealdad o la belleza y las valiosas cuestiones metafísicas, cuando se tiene que soltar el pincel, la plumilla, la partitura musical y la máquina de escribir, cuando una madre y un padre apartan su rutina de empleo y hogar, cuando un niño tiene que apartarse de la contemplación y la inocencia, para tomar todos, condenadamente todos, una piedra, un palo o un fusil intentando defender su puesto en el mundo, su derecho a vivir, vivir sin adjetivos ni apellidos, entiéndase ¡derecho supremo a vivir! y dicen <he dejado a un lado lo único sagrado por lo que se merece haber nacido>, esto significa una reacción última al apocalipsis generado por los tiranos que median con el mal, estos son tiros de gracia al mal en nombre de la democracia y la pureza del mundo del que somos parte y este es nuestro momento. 

Apoyamos la intervención en defensa de un pueblo desarmado donde se ha decretado una cruel y autorizada guerra civil, unimos nuestra voz a todos los que concurran en este empeño de hacer libre la patria cubana con todo lo que esto conlleve. Abajo la dictadura, abajo el comunismo. Libertad. Libertad. Libertad.

Karyon Kuma

 

 

          PATRIA   Y   VIDA